¿Cambian las personas?

Conforme pasan los años me doy cuenta de las cosas importantes de la vida, pero también me he dado cuenta deque los fallos cometidos a lo largo de mi vida me han llevado a ser quien soy.

Como todos sabemos existen a lo largo de nuestras vidas muchas etapas por las que debemos pasar para lograr ser nosotros mismos. Y aquí es donde me planteo ciertos dilemas.

Un de ellos es ¿hasta que punto puedo ayudar a mis niñas para que no se hagan daño? . Sé que de los errores se aprende pero no creo que ayudarlas o guiarlas por el buen camino sea impedimento para su desarrollo.

Aunque en ocasiones son nuestros hijos los que nos ayudan a desarrollarnos como personas. Porque son ellos quiénes nos enseñan que con gestos sencillos podemos cambiar el mundo.

Os pondré contaré varias historias en los que nuestros hijos son nuestros "maestros de vida" y que atravesar de su forma de ver las cosas nos enseñan a ser mejores personas.

Un día una hija de unos amigos nuestros decidió jugar con un niño muy simpático y muy guapo. Cuando llegó la hora de recogerse su mamá le dijo que se despidieron de su nuevo amiguito.
Cuando fue a decirle a su nuevo amiguito que se iban, su mamá se dió cuenta deque la madre era una antigua amiga suya. Qué en la adolescencia le había metido en líos con otros amigos, los cuales se pelearon con ella por culpa de la mamá del niño.
Mi amiga empezó a recordar todo lo ocurrido, y cogió a su hija de la mano para irse.
Ni siquiera saludo a su antigua amiga.

Mientras iban para casa su hija le pregunto que si le pasaba algo. Y ella contestó que no.
Al cabo de unos días fueron de nuevo al parque y se encontraron con el niño guapo.
Aunque esta vez por causa del destino tuvieron que compartir banco.

Se pasaron un rato sin hablar, mirando el móvil, ojeando un libro. Vamos que las dos intentaban ignorarse.

Pero ocurrió algo que nunca hubiesen imaginado. Sus hijos se habían hecho muy buenos amigos. Y querían ir a merendar juntos.

Ya sabéis que por un hijo se hace de todo, hicieron de tripa corazón y se fueron a merendar juntos.

Pidieron y pasados unos minutos los niños con miradas cómplices preguntaron ¿por qué no sois amigas ya?.

Ellas se quedaron alucinadas porque no sabían cómo ellos habían averiguado que habían sido amigas desde la infancia.

Mi amiga cuando reacciono preguntó: ¿Cómo sabéis eso? .

En ese momento la hija de mi amiga sacó una foto antigua , en la que había dos niñas disfrazadas de princesas en un cumpleaños. En la tarta ponía 10 años.

¿Cómo tienes tú esta foto pequeña? Pregunto la mamá de su amiguito.

Me la dió la abuela el otro día, junto con otras fotos. Y en una de ellas saliais las dos en el instituto. Pero a partir de ahí no encontramos más.

Se las enseñe a Juan y decidimos que ya que somos tan buenos amigos. Vosotras podríais volver a serlo.

Ellas se miraron y no supieron que decir. Habían pasado demasiadas cosas y demasiados años como para perdonar.
Pero también era cierto que esos años había hecho que el dolor de ese daños desapareciese, y que lo que parecía una montaña entonces ; ahora fuese una llanura.

Ellas no se olvidaron del daño que se habían hecho, pero se perdonaron. Y poco a poco.  volvieron a recuperar esa confianza perdida.

Ellas empezaron a ser amigas de nuevo por sus hijos, pero consiguieron empezar su amistad desde cero.

Ellas perdonaron pero no olvidaron. Porque cuando se hace daño a un ser querido , y se pierde su confianza. El borrón y cuenta nueva no existe.

Lo que existe es el luchar cada día por volver a recuperar lo perdido.

No sé si con el paso del tiempo algunas personas cambian y se dan cuenta de la amistad perdida. Ya sea por culpa de otros o por metedura de pata de ellos mismo. Pero son personas capaces de aprender de sus fallos.

Yo pienso que se puede cambiar, que se debe perdonar, y que las cosas malas del pasado no se deben de recordar. Porque el recordar lo negativo del pasado solo causa rencor y dolor. Y eso no te proporciona felicidad.

Pero también opino que el recordar las anécdotas positivas siempre te ayudará a dar oportunidades a personas que por casualidad vuelven a tu vida después de mucho tiempo.

Y que una sonrisa siempre abre puertas.

Mi consejo es que conserveis lo que tenéis, y como dijo la gran Celia Cruz : " Hay que ponerle azúcar a la vida".

Chicos que la vida no es sólo blanco o negro . Puede ser gris.

S.G.M

Comentarios

Entradas populares de este blog

Feliz Día de la Madre.

Anécdotas de mujer (Todas tenemos algo que contar)