Nada es para siempre.

Como padres hacemos actividades divertidas con nuestras hijas. E intentanos estar siempre en las actividades extraordinarias como el karate, o el ballet. Creemos que es una buena forma para que vean que los apoyamos en todo lo que hacen. Y eso es fantástico. Pero en ocasiones se nos olvida quienes somos. A los abuelos se les olvidan que son nuestros padres , y a nosotros que ellos fueron los que nos criaron. Y en ese momento es cuando empiezan las discusiones absurdas sobre la manera de educar a los niños. Unos porque son los padres y los otros porque son los abuelos, en cosasiones no hay manera de ponernos de acuerdo. Empezamos a discutir, o como me gusta decir a mi :" A hablar sin escuchar ". Lo curioso es que si nos escuchasemos veriamos que estamos diciendo lo mismo pero con diferentes palabras, y ambos queremos el bien de los peques. Creo que deberíamos de escucharnos más, e imponer menos. De pensar que todos queremos lo mejor ...