Nada es para siempre.

Como padres  hacemos actividades divertidas con nuestras hijas. E intentanos estar siempre en las actividades extraordinarias como el karate, o el ballet.

Creemos que es una buena forma para que vean que los apoyamos  en todo lo que hacen.

Y eso es fantástico.

Pero en ocasiones  se nos olvida quienes somos.

A los abuelos  se les olvidan que son nuestros padres , y a nosotros que ellos fueron los que nos criaron.

Y en ese momento es cuando empiezan las discusiones absurdas sobre la manera de educar a los niños.
Unos porque son los padres y los otros porque son los abuelos, en cosasiones no hay manera de ponernos de acuerdo.

Empezamos a discutir, o como me gusta decir a mi :" A hablar sin escuchar ".

Lo curioso es que si nos escuchasemos veriamos que estamos diciendo  lo mismo pero con diferentes palabras, y ambos queremos el bien de los peques.

Creo que deberíamos de escucharnos más,  e imponer menos.

De pensar que todos queremos lo mejor para todos.

Y que nadie sabe más  que nadie.

Porque cada niño es un mundo, y antes de opinar sobre lo que necesita, deberiamos de conocer a nuestros pequeños mejor.

Para que discutir sobre si es bueno o no jugar al baloncesto, si a lo mejor nuestras hijas  quieren hacer Karate.

¿No seria tonto segir discutiendo  sobre el baloncesto?

Todo este artículo  va, porque hace algún  tiempo me di  cuenta deque el tiempo pasa muy rapido.

De que tengo mucha suerte de poder estar con mi familia y disfrutar de ella.

Por eso quiero dejar de discutir y disfrutar de ellos.

 De los grandes y las peques.

Asi; que cuando hace varios meses se nos ocurrió  a mi padre y a mi hacer sittingyoga juntos. Me pareció  una oportunudad genial para pasar más  tiempo juntos.

Y la verdad que no sólo  nos ayudó  a volver a tener una  relación  padre e hija como la que teniamos cuando era niña. Sino que también  me enseñó  a que hacer algo con un ser al que quieres te ayuda a sentirte mejor contigo misma.

Ir al sittingyoga con mi padre es algo genial, pero es que encima me sirve como risoterapia  porque nos reímos un montón.

Es volver a disfrutar con mi "papi ".

A mi no me importa que mis compañeros de yogan hayan ido al colegio con mi padre, o sean de su quinta. Porque cuando nos ponemos hacer los ejercicios somos todos iguales.

Y encima  por primera vez en mi vida soy la más  joven de la clase.

También  estoy intentando pasar más  tiempo con mi mami y mi hermana  cuando las peques están en el colegio.

Porque muchas veces aunque nos veamos
a todas horas. Tienes tan asumido que están ahí  para todo, que no te paras a hablar de las cosas.

Y chicos porque nada dura eternamente disfrutad de los vuestros.




S.G.M.

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