Ser positivos.

Reírse de una misma , en ocasiones es una manera sana de afrontar un día raro.
Y si las cosas que te pasan son divertidas ¿ por qué no compartir risas con otros?.

Por eso os voy a contar anécdotas mías y de los que me rodean que pueden resultar graciosas ( con permiso siempre). Espero que os haga olvidar durante un rato los malos rollos.

Soy una persona que siempre me pasan anécdotas curiosas. No sé si es  por mis despistes o por cosas del destino, pero me pasa. Y creo que esas cosas son hereditarias porque a mi pequeña le pasan cosas similares.

Cómo por ejemplo; el otro día fuimos a comprar unas camisas ( porque a esta edad las niñas crecen a una velocidad supersónica), y ella vio una camiseta de Elsa (Frozen). Se acercó a verla de cerca y mientras la veía no se como se descolgaron todas las camisas de detrás. Vamos que se cayeron al suelo.
Le dije que no pasaba nada, las recogidos, las pusimos todas en su lugar y nos fuimos a la sección de mayores.

Entonces ví una camisa  preciosa, fuimos a ver cuanto costaba y "sorpresa" . Otra vez tuvimos que recoger camisas, ordenarlas y pedir disculpas.

Ella me miró y dijo: "mamá, tranquila que eso pasa".

Otro día iba yo sola por la calle con mis pantalones vaqueros, y de repente empecé a notar algo raro. Me fui al trabajo de mi hermana, me metí en el servicio, y resulta que tenia un agujero en el pantalón.  Ese día en concreto tenía que hacer varias transacciones, y ver a distintas personas. Así que me tuve que comprar un pantalón.

Pero la historia no acaba ahí. Resulta que una es una mujer normal, con "chichas" (carnes) incluidas. Por lo tanto cuando se hizo el agujero un poquito de carne salió por él. Haciéndome una rozadura enorme que duró dos días, y acabó con la crema del culito de mi pequeña.

Para terminar;  un día iba con mi sobrina para que diese un paseo y viese a otros niños en el parque.

Iba paseando a mi sobrina cuando se me ocurrió llevarla al trabajo de mi madre. Resulta que la plaza de enfrente de donde trabaja mi madre está construidas con unas losetas muy resbaladizas. Y yo para variar llevaba unas botas con poco tacón , muy monas pero lisas por abajo ( vamos que resbalaban un montón). Algún gracioso había echado algún tipo de líquido, y como yo iba cantando canciones con mi sobrina no me fijé en el gran charco de liquido asqueroso que había en el suelo.

De repente me resbalé, y mientras me deslizaba a cámara lenta, el cochecito iba andando, y dando se la vuelta en un giro de 180°.   Por lo que  terminé con el trasero en el suelo, el coche vuelto hacia mi, y mi sobrina partiéndose de risa. Porque su tita se estaba intentando levantar del suelo.

Chicos la vida no es sólo trabajo, y facturas pendientes. También es ver el lado bueno de las cosas.

S.G.M.

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