Verano con niños II.

El verano va cambiando conforme vamos creciendo. Cuando eres pequeño quieres ser mayor para poder hacer todas esas cosas que hacen los mayores en verano. Y a veces cuando eres mayor deseas volver a ser pequeño para poder disfrutar del verano.

Cuando eres madre de dos  niñas pequeñas y tu sobrina del alma , tu verano cambia. Y pasáis de estar tranquilos en la playa, o en la piscina tomando el sol o leyendo tranquilamente a estar detrás de vuestro retoño. A no parar ni un rato.

Y a cambiar nuestra forma de vestir , ya te olvidas de los biquinis "palabra de honor". Ya que te lo pones puedes terminar haciendo topless.

Tu bolsa de playa se convierte en maleta extra grande de viaje. Incluyendo sombrilla , manguitos varios, nevera, etc....

La verdad que nuestros veranos han cambiado a mejor. Os voy a contar varias anécdotas que he recopilado de mis propios artículos de padres e hijos en verano:

- Tengo una amiga que a su pequeño le daba por meter la cabeza en todos los agujeros que veía. Un día fueron a visitar a un familiar que tenia verjas por casi todos los sitios de la casa.
De repente escucharon : "mamá, socorro" . Mi amiga asustada fue corriendo hasta la voz de su pequeño, y como era una casa muy grande tardó unos minutos en llegar hasta él. Cuando llegaron resulta que su hijo había metido la cabeza entre los barrotes de madera de una escalera, y a veces las cabezas entran pero no salen ( ese es un misterio sin resolver).
Intentaron sacar al niño empujándolo, untándolo con mantequilla, etc... Al final tuvieron que cortar el barrote, que resulta que eran históricas porque un ilustre famoso había bajado por ellas (como compredereis a mi amiga le importaba poco lo del ilustre, sólo quería recuperar a su pequeño e irse de allí).

- Mi abuelo me contó que mi tío era tan travieso que hasta los guardias civiles del pueblo lo conocían. Y que casi todos los días lo traían a casa con una travesura que había hecho. Un día el guardia civil del pueblo se plantó en su casa, y cuando mi abuela le abrió la puerta mi tío que estaba pendiente se escondió detrás de ella.
Mi abuela miró a mi tío con esa mirada que una madre echa a su hijo , la de " que habrás hecho ahora". Y acto seguido le preguntó al guardia civil (que era amigo de mi abuelo) ¿pasa algo?.
En ese momento el guardia todo serio le dijo que si podía ver a mi tío. Mi tío con cara de "yo no he roto un plato " salió de su escondite.
Resulta que el guardia civil venía a pagar le porque había recogido muchas serpientes del río. Y cómo había demasiadas le había hecho un favor. 

- Un amigo nuestro tiene una niña muy linda, tan linda que da miedo. De hecho se parece a las típicas niñas de las películas de miedo que están viendo la televisión, se vuelven y te dicen con esos ojos grandes : " ya están aquí".

La niña de tan sólo cuatro años había visto "Casper" y solo deseaba conocer a un fantasma guapo. Y hacía cosas raras para llamar la atención del supuesto fantasma.
Los abuelos de la niña tienen un cortijo muy antiguo, y como estaban de vacaciones decidieron pasar unos días allí toda la familia. Os podéis imaginar que la niña encantada.

Llegaron al cortijo, se instalaron y en la cena se dieron cuenta de que la niña no estaba. Buscaron por toda la casa, y ni rastro de la pequeña. De repente se apagó la luz ( ya sabéis que las casas con instalaciones antiguas luz fallan mucho ) , y empezaron a escuchar ruidos raros en el salón.

A ver que todos decimos que no creemos en fantasmas, pero cuando estamos en esa situación nos entra un no se qué.

Bueno abrieron la puerta y junto a la chimenea vieron a una figura, pequeña vestida de época. La madre de mi amigo se desmayó de la impresión, mi amigo se quedó quieto diciendo "a mí no", y a la mujer de mi amigo mientras que le daba un ataque de risa, se fue acercando diciéndole al fantasma : ¿quién eres?
De repente el fantasma se volvió y se empezó a decir:  abuela que soy yo, ¿estás bien?.

Resulta que la niña había encontrado ropa vieja en el desván y se le ocurrió ponérsela.
Quería darles unas sorpresa a sus padres y abuelos, pero se apagó la luz. Y como la única luz que había era la de la chimenea se acercó a ella.

Son cosas de niños.

S.G.M.