Mamá, vamos a la boda.
BleA nosotros nos encanta ir con nuestra pequeña a las bodas. Sobre todo si son de amigos y familiares que han insistido que vayamos todos. Es divertido ver como nuestra pequeña se pone más nerviosa que los novios, se empeña en salir en todas las fotos con los novios y dice que la fiesta es divertida. Mientras se queda dormida en los brazos de papá.
Sé que ir con ella significa que tenemos que hacer algunos cambios. No te puedes quedar muy tarde en la boda, te levantas un millón de veces de la mesa para estar con ella ( aunque hacéis turnos para poder comer), si se queda dormida os la pasáis para tomaros el postre y tenéis que coger el primer autobús de regreso al hotel.
Pero ver a nuestra pequeña ponerse el vestido de "princesa" y disfrutar de la boda, eso es lo más maravilloso de todo el mundo.
Aunque lo que le pasa a nuestra hija es que al ser tan pequeña, a veces se queda dormida en la celebración y dice que se lo ha perdido.
Una cosa que me hace gracia es cuando con una mirada seria te dice: "mamá; que los da tan corta".
Tu la miras, y piensas : " mi niña; te quedaste dormida de agotamiento en la celebración. Y te despertaste cuando los novios se hacían las fotos en la iglesia". Pues claro que te a parecido corta.
Cuando vas a las bodas con tus hijos sabes que no te vas a estar quieto ni un solo momento. Y que os vais a tener que turnar para tomar los canapés, comer y para vigilarla. Pero te haces responsable e intentar cuidar de tu hijo mientras participas de la celebración.
Aunque hay veces que aunque pensemos que tenemos todo preparado para los invitados infantiles en las bodas y eventos varios, no lo tenemos tanto.
Ya que nunca estás preparado para cierta cantidad de niños, sobre excitados por la música, chucherías y emocionados por estar en una boda.
Por ejemplo; la mayoría de las veces en cualquier celebración y sobre todo en las bodas ponemos a los niños en "la mesa de los niños". Esto conlleva varios problemas:
1°- Que sino hay un niño mayor de doce años que controle la mesa. Cuando los padres dejan a sus hijos en la mesa de niños y se van a las suyas estos los niños desaparecen en estampida.
Como consecuencia te encuentras a niños correteando entre las mesas (ya que hay una ley no escrita que dice : "cuanto menos espacio exista en un recinto cerrado más bestia se juega al pilla pilla").
2°- Los pobres camareros tienen que hacer malabarismos con los platos, mientras se acuerdan de los padres de los pequeños, mientras sonríen a dichos padres. Y diciendo : "que mono el chaval que me está tirando de la manga cuando llevo una crema (de nombre raro, que por cierto está hirviendo, y me caerá encima probablemente)". La mirada del pobre camarero a los padres es ¿me lo pueden quitar del medio?.
Pero un detalle que agradecemos de corazón todos los padres, es que los novios se acuerden de nuestros pequeños.
Y que les den bolsas de chucherías, payasos, o distracciones varias como castillos hinchables. Esos son detallados.
Lo que vosotros como padres sabéis, y los novios no saben. Es que en una boda tus hijos están hiperactivos por los azúcares, por la música y por estar con otros niños en una habitación cerrada ( aunque sea enorme) es como una jaula para ellos.
Por lo cual un inofensivo castillo hinchable, se convierte en un "arma de destrucción masiva".
Porque suele ocurrir dos cosas:
- O todos los niños se comportan bien, y se respetan unos a otros. IMPOSIBLE.
- O puede suceder lo que nos pasó en una boda de unos amigos muy queridos. Que los niños ( como niños que son). Armen la de San Quintín.
Se suban niños mayores , pequeños y medianos todos a la vez. Lo cual en vez de un castillo, parece una coctelera de : chichones, roturas de narices, dientes, etc..
Que tu hija no te haga ni caso ( aunque la castigues sin ver su película favorita por un año) cuando le pidas que salga del dichoso castillo, y el pobre encargado del castillo se tenga que meter varias veces a cogerla. Porque tú con tu vestido largo de invitada de boda, te haga tropiezar y te caes delante de todo el mundo.
Qué varios padres estén gritándole a sus hijos : " Fulanito, sino sales te castigo con....". Pero como se lo están pasado genial no te hacen caso, y escuchas a todos los padres diciendo : ¿ con qué lo castigo ahora?.
- O que tu hija termine llorando porque los demás están montados en el castillo y ella no. Y tú piensas ¿ cómo la vas a dejar dentro del castillo, si hay mayores jugando a lo bestia? Y encima acabas de ver como una pequeña de unos dos años (aproximadamente) sale disparada del castillo como una bala de cañón. Porque los mayores juegan a pegarse. Y encima quiere volver.
A nosotros nos gusta ir con nuestra pequeña a las bodas, pero comprendo que haya padres que quieran tomarse las bodas como un respiro de sus hijos.
Chicos gracias por invitarnos vuestra boda. Que seáis muy felices.
S.G.M.
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