Cuando era pequeña todos los años me ponía muy nerviosa, simplemente el pensar en hacer la carta a los Reyes Magos me ponía histérica, y al ser mi hermana era más pequeña siempre pedía por ambas. Recuerdo que la noche antes de Reyes poníamos una bandeja con leche y mantecados para que los Reyes Magos descansaran y agua para los camellos. Poníamos también los zapatos (algunas que yo me sé "botas") para que nos dejasen carbón de azúcar y caramelos. Intentábamos dormir para que la noche pasara rápida y poder ver lo que nos habían dejado Melchor, Gaspar ,y Balasar. Cada uno nos dejaba un regalo, aunque aveces y por haber sido buenas nos dejaban unos cuantos más. Recuerdo esos momentos con un cariño y una felicidad grandísima, eran tan especiales, tan mágicos y escitantes. Pero sobre todo lo que más me gustaba, era ver la caras de los míos cuando veían los regalos. Quizás no fuesen grandes cosas pero todos esos regalos, salían del cor...
Comentarios
Publicar un comentario