Anécdotas de papás (hablan los abuelos).
Cuando somos pequeños nuestros padres son nuestros héroes, sabemos que mientras estemos a su lado no nos puede pasar nada malo. Y conforme nos vamos haciendo mayores nos damos cuenta de que nuestros padres son humanos. Que tenemos que cuidarlos igual que nos siguen cuidando ellos.
Por ese motivo se me ocurrió el otro día , que ellos algún día también fueron padres novatos, y que quizás habrían metido la pata más de una vez. Y no os voy a negar que de mi surgió la típica risita maléfica de "no sólo me pasa a mi".
Así que hablando con unos cuantos padres que ahora son abuelos, saqué algunas anécdotas muy interesantes:
- Me contó una de las abuelas que un día que iba al parque con sus hijas de 6 años la mayor y la pequeña de 1 año. Cuando estaba preparando el carrito en la puerta de la casa, se le cerró la puerta con las niñas y las llaves dentro de casa. Así, que toda preocupada y a grito pelao (como dicen por aquí). Consiguió que la mayor de sus hijas le abriese la puerta después de un buen rato donde estaban las llaves. Os podéis imaginar que nunca se le volvieron a olvidar las llaves.
-Otro abuelo me contó que en uno de los viajes con su mujer y su hija que por entonces rondaba por unos 5 años aproximadamente. Estaban paseando por la ciudad donde iban a pasar unos días y viendo tiendas. En uno de los momentos no vieron a la niña y se pusieron tan nerviosos que empezaron a mirar por los alrededores, fueron de un lado a otro sin ningún resultado. Al cabo de un rato volvieron a la tienda de muñecas donde se había perdido la niña para ver si había vuelto allí. ¿A que no os podéis imaginar lo que pasó?.
Resulta que la niña todo el rato se había quedado en el escaparate viendo los preciosos vestidos y las muñecas del escaparate. Eran los padres los que se habían perdido. Se sintieron tan culpables que le compraron una muñeca y su vestido a juego.
Resulta que la niña todo el rato se había quedado en el escaparate viendo los preciosos vestidos y las muñecas del escaparate. Eran los padres los que se habían perdido. Se sintieron tan culpables que le compraron una muñeca y su vestido a juego.
- Unos abuelos me contaron que cuando su hija tenía unos meses siempre la llevaban con ellos a la compra y la ponían en un porta bebés. Uno de los días que hicieron una gran compra, organizarse para ir más rápido. Ya que había congelados; decidieron coger las bolsas, dejarlas en la puerta y meter las bolsas "sin prisa pero sin pausa". Al cabo de un rato se dieron cuenta de que la niña no estaba.
Resulta que habían metido casi todas las bolsas y junto con la última bolsa se encontraba su hija tan tranquila jugando con su peluche. Menos mal que fueron a meter la ultima bolsa porque casi se dejan la niña fuera.
Son despistes que pasaron, pasan y pasaran. Gracias a Dios no pasó nada pero eso significa que todos somos humanos.
S.G.M.
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