Confiar en ellos.

Dar un voto de confianza a quienes queremos nos ayuda a ser en cierto modo libres. Porque hace que no nos obsesionemos nos con lo que podemos  hacer o no hacer. Y cuando confías en quién amas, esta sensación te ayuda a ser capaz de expresar lo que sientes en cada momento sin temor a que te abandone.

Estoy aprendiendo como madre confiar en mi pequeña. Esto no significa que la deje en libertad sino que le doy un poco más de espacio.
Por ejemplo; le dejamos que coja el collar de nuestra perra más anciana para que se sienta responsable de ella y la cuide.
Y la verdad se siente tan orgullosa de sacar ella "sola" a la perra.  Aunque todo tiene su truco, uno de nosotros agarra otra cuerda al lado para que la perra no tire mucho de ella, y vaya cogida de nuestra mano cuando pasemos por calles con muchos coches.

Yo opino que dar confianza a tu hijo le ayuda a desarrollarse mejor, y como tiene más libertad de acción. Hace solito las cosas que de otra manera la haría obligado y llorando (con ayuda de papá y mamá).
Como poner la mesa o vestirse ella sola.

Pero tener cuidado con el exceso de confianza porque os puede pasar como a unos amigos nuestros. Resulta que estos amigos querían que su hijo de cuatro años participase en las tareas del hogar, así que decidieron que su hijo, se encargaría de su perra (un bichón maltés de casi un año).
Le dijeron que lo sacaría a pasear (con sus papás), que le daría de comer, le pondría el  agua, y le ayudaría a su papá a llevarlo a la peluquería (que era como llamaban ellos al barreño que tenían para darle en baño).

Así, que un día decidió llevarlo a la "peluquería "  el solito, metió a la perra en el barreño, le echó jabón y deció que le cortaría el pelo como había visto que lo hacían unos dibujos animados.
Cuando terminó y les enseñó la perra a sus padres se quedaron con la boca abierta. Había dejado calva a la perra intentando equilibrar el corte.

Por eso os digo que dar confianza a tu hijo es bueno, pero pensar que entiende todos los conceptos de forma adecuada, es una equivocación. Porque no dejan de ser niños y ni nosotros adultos.

S.G.M.

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