Escapadas inesperadas.
BHoy mientras que corríamos detrás de nuestra hija para intentar que no se escapara cuando intentábamos ponerle la ropa y peinarla. Me acordé de algunas anécdotas que me contaron:
- ¿Qué pasa cuando tú y y tu hija estáis solas en el centro comercial, y tienes que ir al cuarto de baño?
Resulta que una conocida nuestra fue con su pequeña al centro comercial, y de repente tuvo una ganas tremendas de ir al servicio. Por lo que ella y su pequeña de tres años y medio se metieron en el servicio. Cerró la puerta y le dijo a su pequeña que se quedase quieta, pero no se dio cuenta de que la puerta tenía una rendija lo suficientemente grande para que entrase su hija. Y mientras ella intentaba entretener a la pequeña como podía para hacer lo propio; a su hija sólo se le ocurrió meterse por de bajo de la puerta. Mientras le decía a su mamá : "mira mamá, dentro - fuera". Hasta que una de las veces se quedó enganchada y mi amiga no pudo hacer nada.
Porque si antes cuando salías por las noches, ya era difícil ir al servicio tu sola. Sabiendo que la puerta del baño estaba rota (y la tenías que sujetar), intentabas llegar al water, al mismo tiempo que sujetabas tu bolso y para colmo tú llevabas tacones altos (y suelo mojado).
Púes ir con tu pequeña es casi misión imposible.
-¿Qué pasa cuando tienes mellizos y aprenden a abrir las puertas?.
Una amiga mía que tiene unos mellizos muy guapos, pero muy traviesos. Me contó que una vez que fueron a un hotel para pasar unas vacaciones en familia. Su marido y ella decidieron que como había spa en el hotel que cuando pudiesen se darían un buen masaje.
Ella fue la primera en darse el masaje relajante. Cuando llegó ella a la habitación notó que los mellizos estaban más alterados de la cuenta. Pero no les hizo mucho caso porque su marido no le insinuó nada.
Ella le dijo a los mellizos que jugasen con sus muñecos mientras se cambiaba de ropa en la misma habitación. Y mientras lo hacía los mellizos abrieron la puerta de la habitación y salieron corriendo. Mi amiga tuvo que ir detrás de ellos por el pasillo del hotel, y gritando "cogerlos, cogerlos". Menos mal que una pareja que estaba al final del pasillo los cogió.
Lo único malo fue que con las prisas se le había olvidado ponerse el vestido. Y que su cuarto estaba al lado de la recepción, que estaba llena de gente que iban a coger un autobús para una boda.
Por la noche mientras su marido se partía de risa mientras recordaba lo sucedido.
Su marido se disculpó porque él le había estaño dando chucherías durante todo el rato que había durado su masaje. Porque según él : " era la única forma de tenerlos tranquilos". Por eso estaban como unos gatos encerrados cuando llegó ella.
Son cosas que pasan y no se pueden evitar. Son divertidas para unos, vergonzosas para otros. Pero sobre todo son cosas de niños que no puedes remediar.
S.G.M.
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