Aprendiendo a educar.
Cuando eres educadora es más fácil enseñar a tus alumnos que a tu hija de tres años y unos meses. Ya sabéis el dicho : "en casa del herrero cuchara de palo".
Por eso pienso que cuando te toca educar a tu hija, y enseñarle que camino tomar en la vida las teorías son inútiles. Sólo funciona una cosa, que es el conocer cada día más y más a tu hija.
He averiguado que conociendo a tu hija eres capaz de educar mejor. Y que una madre es capaz de aguantar lo indescriptible para que su hija sea una persona increíble cuando sea mayor.
Educar es difícil y terminas con dolor de cabeza, pero cuando tu hija te dice que no lo va hacer más, te pide perdón y te dice cuanto te quiero te das cuenta de que educar bien tiene su recompensa.
Os pongo un ejemplo; nuestra hija es
una niña maravillosa, sensible, cariñosa, pero no deja de ser niña. Y como tal está aprendiendo lo que debe hacer, y hasta donde debe llegar. Esto hace que sea un poquito cabezota, y que en ocasiones intentas que no te saque de tus casillas de lo cabezona que se pone. Porque sabes que en dos segundos te está diciendo : "vale mamá".
una niña maravillosa, sensible, cariñosa, pero no deja de ser niña. Y como tal está aprendiendo lo que debe hacer, y hasta donde debe llegar. Esto hace que sea un poquito cabezota, y que en ocasiones intentas que no te saque de tus casillas de lo cabezona que se pone. Porque sabes que en dos segundos te está diciendo : "vale mamá".
Así que; he descubierto que si tienes paciencia, amor, y mucho conocimiento de como es tu hija. Tu hija se convertirá en una mujer maravillosa.
Y como dijo una mujer muy sabia: "A veces las madres se permiten el lujo de descansar... Nuca descansan de ser madres".
S.G.M.
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