¿Cómo sobrevivir a los niños traviesos?

A lo largo de mi carrera y a través de mi familia he conocido casos de niños traviesos. Tan traviesos que sólo pronunciar su nombre se me pone el pelo de punta. Y para que veáis que no miento os voy a dar algunos ejemplos:

- Un día estábamos celebrando la Navidad y a mi me encargaron la labor de vigilar a mis primos pequeños y a mi hermana. Los mayores casi se cuidaban solos, pero el pequeño que era el más travieso necesitaba más vigilancia.
Resulta que mientras ayudaba a poner la mesa mi primo cogió un cuchillo (infantil ) que supuestamente no cortaba y se dedicó hacer agujeros al mantel para que se pareciesen a los copo de nieve. Lo malo es que era el mantel que había pasado de generación en generación.
Aunque la cosa no terminó ahí; no se como cogió los petardos que tenía mi padre reservados para la celebración y cuando estábamos tranquilamente comiendo los tiró a la chimenea. Y cuando se quemaron todos sonó un estruendo espantoso. Tanto que todos los vecinos salieron a la calle para ver que había pasado.
Él se llevó la bronca y nosotros casi nos vamos para urgencias.

- Una amiga me contó que su sobrino cada vez que iba a comer a su casa, le preguntaba que era ese botón al lado de la puerta (botón de alarma silenciosa), y ella le decía que era una alarma silenciosa, que si la tocas venia unos hombres con uniforme que nos protegerían, parecidos a la policía.
Resulta que ella no sabía que a su sobrino que quería ser policía de mayor y los veía como súper héroes. Así, que un día que  estaban todos en una comida familiar tranquilamente, no tuvo otra cosa que tocar el botón de la alarma silenciosa. Por lo que nadie supo que había tocado la alarma.
Al cabo de un rato entraron dos hombres uniformados en el comedor y diciendo "todos quietos". A lo cual la familia se quedó alucinada. Y cuando pudieron hablar el marido de mi amiga les dijo que si pasaba algo. A lo que ellos dijeron que había sonado la alarma y habían venido corriendo. Bueno y también preguntaron que hacían en la casa.
A lo que mi amiga : pues comiendo (poniendo cara de incredulidad). Todo quedó en un susto, lo malo es que se volvió a repetir varias veces hasta que se decidió anular el botón.
Lo gracioso es que cuando le preguntaron al niño por qué lo había hecho. Le dijo a su padre: para conocer a la policía.

Ya os iré contando más anécdotas sobre niños que hacen que la vida sea más entretenida, y que no te aburras jamás.

S.G.M.

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